jueves, 30 de agosto de 2007

Surtido de agosto

¿Preparados para algunas novedades tardo-veraniegas? Bien, pues empecemos, que tampoco quiero perder mucho tiempo...


¡MUDANZAS!

O debería decir "mini-mudanzas": mi padre (con el que vivo los domingos desde que él y mi madre se divorciaron) se ha cambiado de piso. Como consecuencia, hace dos fines de semana mis hermanos y yo tuvimos que llevar nuestras escasísimas* pertenencias a su nuevo piso, que ha resultado ser mucho mejor que el anterior (antiguo y un poco destartalado). Lo bueno es que el nuevo piso es enorme (140 m2), recién reformado (con muebles y apliques de diseño) y aséptico. Lo malo es... todo eso: cero hogareño y de ver-pero-no-tocar. Mi padre anda un poco maniático con que esté impecable: veremos cuánto tardamos mis cafres hermanos y yo en amaestrar al piso. Se aceptan apuestas.


¡PASATIEMPOS!

Y hablando de apuestas: ayer, Wences, mi hermano mediano, aburrido de no hacer nada, decidió aprender a jugar a un nuevo juego de cartas (en los que es, de hecho, un as**) que había descubierto yo hacía un tiempo: se llama "mutilar a Doña Cebolla" y nació como un juego imaginario de las novelas de Mundodisco, en las que no se detallaban sus reglas (más tarde inventadas por dos científicos*** de EE.UU.). Para que os hagáis una idea, es una versión más compleja del póquer con algunas reglas más y un sistema de apuestas un tanto enrevesado. De dos a siete jugadores, se juega con dos barajas (francesa y española, preferiblemente) de trece naipes por palo. Ayer jugamos mis hermanos y yo un total de 13 rondas: Viri 4, Wences 5, Valen 4. Conclusión: mi hermano tiene el talento propio de las alimañas.


¡LECTURAS!

¡Claro que sí! ¡Cómo no! En mis días de estudio algo tenía que hacer, ¿verdad? En lo que va de verano ya me he leído, por ejemplo, tres libros de Mundodisco: Hombres de armas, Mascarada y ¡Voto a bríos! (estos dos últimos, regalos de familiares por mi cumpleaños). También he leído Trilogía de Nueva York (tres cuentos de difícil valoración) de Paul Auster, y además estoy leyendo Los tres mosqueteros (que no consigue engancharme) y Fast food nation (imagen: póster de la película), un excelente trabajo de periodismo de investigación que muestra todo lo que hay tras la industria de la comida rápida (toda una filosofía y una práctica que se extiende como un cáncer a grandes sectores de la economía) y los peligros que representa para nuestra salud, para la de sus trabajadores y para la sociedad. Realmente impactante: no creo que vuelva a comer a un McDonald's jamás.


¡Y ESTUDIOS!

¡JAJAJA! ¡Que no, personitas! ¡Que es broma! ¿O qué os creéis? ¿Que me he unido a alguna secta? Ay, Señor...


Como podéis ver, no he salido mucho casa (echadle la culpa a mi yo culpable). En cuanto a mí en mí mismo, ando poco preocupado por los exámenes: inexplicablemente, me siento confiado. Irmandiños, teatro, el Colegio y las novatadas... Todos esos asuntos son cosas que le pasarán a otro Viriato. Lo único que tengo in mente (gracias por el latinajo, Olmo) por ahora, aparte del Septiembre Rojo, es cierta compra de vestuario que mi grupo de teatro (ATOPD) pretende hacer a la Royal Shakespeare Company. ¿Creéis que es broma? Pues no: mi agente en Inglaterra, Anido, está trabajando en ello. Por lo demás, sólo decir "¡hasta luego!" a algunos amigos a los que no veré en un tiempo: Santi se nos va a Bolonia por un año; Inesica, a Nothingham (ambos con la beca Orgasmus), y Naiara, a Deusto (al menos hasta Navidades).

Yo, por mi parte, me voy a estudiar un poco... o no habré estudiado casi nada. Y eso no es nada bueno, ni siquiera para los más afortunados.

¡Nos vemos!


* Escasísimas, entiéndase, las que teníamos y tenemos en el piso de mi padre, tanto en el viejo como en el nuevo. Estar sólo los domingos ha hecho que no volquemos nuestra vida en ese piso.
** Jajaja.
*** No es coña.

lunes, 13 de agosto de 2007

"Who whatches the Watchmen?"

Aunque sé que no he cumplido mi promesa de publicar más a menudo, no voy a deshacerme en disculpas: sería extenderme demasiado. Brevemente os diré, sin embargo, que sigo estudiando y que no he quedado mucho estos días, aunque sí he ido a ver, pobre de mí, Los 4 Fantásticos contra Silver Surfer... Para ayudarme a olvidar esa experiencia, metámonos de lleno en el asunto que me ha traído aquí de nuevo:



Para los que no lo sepáis, este cómic ha sido una de mis última adquisiciones culturales y, en este sentido, un enorme acierto a la hora de invertir el dinero que recientemente recibí por Haber Nacido. Os haré un resumen de mis flirteos previos con dicha obra: la primera vez que oí hablar de esta libro en términos lo suficientemente elogiosos como para interesarme (y para recordarlo) fue en mi colegio mayor. Posiblemente fue cierto veterano mío, Amín, quien me habló de él. Entonces, creo, tuve la oportunidad de leerlo, aunque la dejé escapar. Fue tras devorar con placer los diez volúmenes de The Sandman* (de mi amigo Anido) cuando me di cuenta de que el mundo del tebeo podía competir perfectamente con el de la novela o el cine. Habiendo llegado a esa conclusión, decidí entonces que leería Watchmen fuera como fuese. Hoy ya lo he leído.

Desde su publicación, la crítica mundial no ha encontrado ningun cómic comparable a Watchmen. Pero, ¿qué hace de este libro algo tan excepcional? Para responder bien a esta pregunta antes hay que explicar un poco de la historia del cómic de superhéroes: nacido en los años 30, alcanzó su madurez en los años 40 y 50, por lo que la Guerra Fría aportó al género toda una serie de tópicos que ahora le son propios (poderes atómicos, defensa de los valores americanos, etc.). Durante los años 80 (época en la que se publicó Watchmen), sin embargo, el cómic americano empezó a ver como muchos de sus lectores se pasaban al nuevo cómic venido de Japón, el cine o los videojuegos. Esta crisis de la historieta popular americana, junto con el ambiente desencantado de los propios años 80, hizo que el género diese un giro más profundo y adulto. Los artistas que protagonizaron ese cambio tal vez os suenen: Frank Miller (Sin City, 300), Neil Gaiman (The Sandman), Alan Moore (La Liga de los Hombres Extraordinarios, V de Vendetta)... Éste último, junto con el dibujante Dave Gibbons, es el responsable de Watchmen. Pero lo que hace que Watchmen sea un libro extraordinario no son (sólo) las circunstancias de su nacimiento: la reinterpretación (más seria, introspectiva y compleja) que se hace del superheroísmo tradicional en Watchmen lo convierte en obra cumbre del cómic americano y, según la revista Time, una de las 100 mejores novelas en inglés del siglo XX.

La acción transcurre, fundamentalmente, en la New York actual (de los 80's), aunque ciertos aspectos del contexto histórico, social y tecnológico nos indican que nos encontramos ante una realidad alternativa: Nixon en la presidencia (¡en 1985!), un Vietnam pro-americano, dirigibles seguros y coches eléctricos son sólo algunos de los cambios. Pero lo cierto es que la historia de este mundo sólo difiere de la nuestra por dos hechos: 1) la existencia, desde fines de los años 30, de justicieros enmascarados (watchmen, 'vigilantes'), y 2) la aparición, a principios de los 60's, del un ser humano con superpoderes atómicos (y, por ello, único superhéroe de la historieta): el Dr. Manhattan. Estos elementos, en realidad tópicos del género, adquieren en este libro un aspecto novedoso, más realista, creando un escenario fantástico pero familiar (e incluso nostálgico).

La trama echa a rodar cuando Rorschach, un vigilante ilegal perseguido por la justicia, descubre que el ex-vigilante conocido como El Comediante ha sido asesinado en extrañas circunstancias. Rorschach comienza entonces una investigación sobre la posible existencia de un "asesino de enmascarados", al mismo tiempo que nos embarca en una reflexión sobre las implicaciones del superheroísmo en un mundo real, muy diferente del maniqueo paisaje de los tebeos tradicionales.

En definitiva, Watchmen es uno de esos cómics que todo aficionado al cómic de superhéroes (Spiderman, X-Men, Batman...) debería leer. Sobre todo si se tiene algún tipo de aspiración intelectual. Y si la tiene pero no le apetece leer, siempre puede esperar a que la Warner estrene la versión cinematográfica en 2009 (que esperemos no sea un bodrio). No diré más por hoy. ¿Desea saber más? ¿Y/N? Y si no, siempre le quedará la duda...


Hasta más ver, damas y caballeros.


*NOTA: Recomiendo a quien no tenga problemas con el idioma que visite los artículos correspondientes de la Wikipedia en inglés. Como es evidente, son mucho más completos.