Surtido de agosto
¿Preparados para algunas novedades tardo-veraniegas? Bien, pues empecemos, que tampoco quiero perder mucho tiempo...
¡MUDANZAS!
O debería decir "mini-mudanzas": mi padre (con el que vivo los domingos desde que él y mi madre se divorciaron) se ha cambiado de piso. Como consecuencia, hace dos fines de semana mis hermanos y yo tuvimos que llevar nuestras escasísimas* pertenencias a su nuevo piso, que ha resultado ser mucho mejor que el anterior (antiguo y un poco destartalado). Lo bueno es que el nuevo piso es enorme (140 m2), recién reformado (con muebles y apliques de diseño) y aséptico. Lo malo es... todo eso: cero hogareño y de ver-pero-no-tocar. Mi padre anda un poco maniático con que esté impecable: veremos cuánto tardamos mis cafres hermanos y yo en amaestrar al piso. Se aceptan apuestas.
Y hablando de apuestas: ayer, Wences, mi hermano mediano, aburrido de no hacer nada, decidió aprender a jugar a un nuevo juego de cartas (en los que es, de hecho, un as**) que había descubierto yo hacía un tiempo: se llama "mutilar a Doña Cebolla" y nació como un juego imaginario de las novelas de Mundodisco, en las que no se detallaban sus reglas (más tarde inventadas por dos científicos*** de EE.UU.). Para que os hagáis una idea, es una versión más compleja del póquer con algunas reglas más y un sistema de apuestas un tanto enrevesado. De dos a siete jugadores, se juega con dos barajas (francesa y española, preferiblemente) de trece naipes por palo. Ayer jugamos mis hermanos y yo un total de 13 rondas: Viri 4, Wences 5, Valen 4. Conclusión: mi hermano tiene el talento propio de las alimañas.
¡Claro que sí! ¡Cómo no! En mis días de estudio algo tenía que hacer, ¿verdad? En lo que va de verano ya me he leído, por ejemplo, tres libros de Mundodisco: Hombres de armas, Mascarada y ¡Voto a bríos! (estos dos últimos, regalos de familiares por mi cumpleaños). También he leído Trilogía de Nueva York (tres cuentos de difícil valoración) de Paul Auster, y además estoy leyendo Los tres mosqueteros (que no consigue engancharme) y Fast food nation (imagen: póster de la película), un excelente trabajo de periodismo de investigación que muestra todo lo que hay tras la industria de la comida rápida (toda una filosofía y una práctica que se extiende como un cáncer a grandes sectores de la economía) y los peligros que representa para nuestra salud, para la de sus trabajadores y para la sociedad. Realmente impactante: no creo que vuelva a comer a un McDonald's jamás.
¡Y ESTUDIOS!
¡JAJAJA! ¡Que no, personitas! ¡Que es broma! ¿O qué os creéis? ¿Que me he unido a alguna secta? Ay, Señor...
Como podéis ver, no he salido mucho casa (echadle la culpa a mi yo culpable). En cuanto a mí en mí mismo, ando poco preocupado por los exámenes: inexplicablemente, me siento confiado. Irmandiños, teatro, el Colegio y las novatadas... Todos esos asuntos son cosas que le pasarán a otro Viriato. Lo único que tengo in mente (gracias por el latinajo, Olmo) por ahora, aparte del Septiembre Rojo, es cierta compra de vestuario que mi grupo de teatro (ATOPD) pretende hacer a la Royal Shakespeare Company. ¿Creéis que es broma? Pues no: mi agente en Inglaterra, Anido, está trabajando en ello. Por lo demás, sólo decir "¡hasta luego!" a algunos amigos a los que no veré en un tiempo: Santi se nos va a Bolonia por un año; Inesica, a Nothingham (ambos con la beca Orgasmus), y Naiara, a Deusto (al menos hasta Navidades).
Yo, por mi parte, me voy a estudiar un poco... o no habré estudiado casi nada. Y eso no es nada bueno, ni siquiera para los más afortunados.
¡Nos vemos!
* Escasísimas, entiéndase, las que teníamos y tenemos en el piso de mi padre, tanto en el viejo como en el nuevo. Estar sólo los domingos ha hecho que no volquemos nuestra vida en ese piso.
** Jajaja.
*** No es coña.
** Jajaja.
*** No es coña.